Danza | Antropología Contemporánea del Paisaje: ¿Panóptico kinésico?
Aportes sobre el proceso creativo de Antropología Contemporánea del Paisaje, de Mariana Bellotto y el Grupo Performático Sur.
Publicada en Revista Labra. Por Meli Watanabe
Remover los (cono)cimientos
Detrás del paisaje que se despliega en ACDP, hay preguntas que parecen acompañar el recorrido de los intérpretes y que junto a ellos atraviesan el site specific: ¿qué es lo que realmente otorga entidad a los valores que históricamente se autoproclamaron como hegemónicos? Pregunta que conduce a un interrogante aún más fundamental ¿qué es la realidad?
Los performers se adueñan del espacio haciendo temblar los cimientos de esa construcción que se ha establecido e instalado sedimentando los parámetros que regulan y normativizan el mundo, aquello que se encuentra tan naturalizado en nuestra sociedad que ya pasa desapercibido, como son los valores de las ciencias, de la medicina, de la tecnología, la economía, el mercado, la moda y los criterios estéticos que definen la belleza. ¿Es posible escapar?
En este dispositivo arquitectónico confluyen diferentes lenguajes visuales, musicales, del movimiento y del arte, que se enriquecen formando un entramado que es pura potencia. Aquí se torna difuso el límite entre lo que es productor y lo producido: ¿a cuál atribuir el origen del movimiento si se desencadena una serie de acciones que se bifurcan unas de otras, de manera irrefrenable, siguiendo su propio rumbo? ¿Son los intérpretes que con su decisión intervienen el espacio, o son las imágenes proyectadas simultáneamente que juegan y se reflejan en el espacio y hasta en la figura de los mismos intérpretes, generando planos yuxtapuestos? ¿Acaso el sonido producido por los performers en su accionar es causa o es el movimiento producto de la re-producción sonora en loop que sumerge a los intérpretes en el espacio? ¿Y quién es el observador de todo esto? Las cámaras que reciben las imágenes que se efectúan frente a ellas, ¿re-crean la realidad al intervenir en el espacio modificándolo, o sólo se limitan a re-producir lo que se produce allí mismo? ¿Cómo distinguir el simulacro de aquello que se re-presenta como artificio del artificio del mundo efectivo?
Como público, comenzamos a dudar de nuestra calidad de observadores. Finalmente, ¿quién observa a quién? Lo que se muestra ante nuestros ojos, lo que se nos aparece en un espacio experimental, señala el carácter totalmente arbitrario de los valores que se muestran como hegemónicos en “nuestro mundo”. Cuando ellos nos miran, persiste la inquietante sospecha de que están desenmascarando nuestros cimientos. Los performers miran y nos devuelven nuestra propia percepción que nos interpela.
¿Panóptico kinésico?
Así, la remisión al panóptico de Foucault parece ineludible. ¿Somos partícipes de un nuevo tipo de prisión tecnológica? Se trata de una microfísica del poder en una versión perfeccionada por engranajes científico-tecnológicos que se nos pasan desapercibidos. Esta plataforma es capaz de erigir y de poner en jaque –de manera simultánea e imperceptible- el fundamento del propio dispositivo de control: la preeminencia de la mirada. El panóptico fue diseñado para ver y controlar todo sin ser percibidos, en una lógica de sistema carcelario para normalizar a sus penitentes-habitantes. Ahora bien ¿los performers son presos del micro-sistema que se instituye entre las cuatro paredes y bajo las distintas modalidades de objetos? ¿O acaso están siempre condenados entre las paredes de sus propios cuerpos?
A su vez, esa matriz normalizadora – ¿sólo del montaje que se despliega frente a nosotros?- contiene lentes que registran con diferentes grados de zoom. Un mecanismo de minuciosas articulaciones que re-producen acaso esa gran maquinaria del mundo, una especie de matrioska en cuyo interior encontramos diferentes focos que permiten captar desde acciones y detalles imperceptibles que son maximizados –sólo posibles gracias a los condenados-intérpretes que se dirigen a la lente y señalan su objetivo-; hasta vistas casi panorámicas de una cámara de seguridad que se proyectan y permiten vigilar e inspeccionar cada movimiento macro de sus prisioneros.
Por otra parte, el espacio es traspasado por cables que cuelgan del techo y por cuerdas que se extienden de una pared a otra, montándose ante nosotros una red de tensiones con diferente intensidad de fuerzas. Los performers unas veces penden de ellos, oscilan regulando su distancia de acuerdo al límite impuesto por las cuerdas-cadenas. Y la primacía de la mirada absoluta cosifica su humanidad. Son entes que devienen objetos para los demás. Parecen condenados a llenar el tiempo en el espacio, su existencia parece reducirse a per-durar. ¿La existencia puede definirse como esa duración? ¿Acaso la rutina no es la repetición de lo mismo sostenida en el tiempo? ¿Y es posible escapar?
Los dispositivos audiovisuales tecnológicos intensifican y re-producen continuamente esa repetición, lo hacen subsistir en sus registros (¿esa perpetuidad les otorga vida propia?) cristalizando el déjà vu de sus cautivos habitantes contemporáneos. Habitantes perpetuados en su condena perpetua.
Como señalaba Mariana Bellotto al compartir su proceso crativo:
“Convocamos las ideas de Camus sobre el mito de Sísifo y su eterna tarea de cargar la roca hasta la cima para dejarla caer y luego volver a cargarla. Camus discute la cuestión del suicidio y el valor de la vida presentando el mito de Sísifo como metáfora del esfuerzo inútil e incesante del hombre. Afirma que Sísifo experimenta la libertad durante un breve instante, cuando ha terminado de empujar el peñasco y aún no tiene que comenzar de nuevo. En ese punto, Camus sentía que Sísifo, a pesar de ser ciego, sabía que las vistas del paisaje estaban ahí y debía haberlo encontrado edificante: “Uno debe imaginar feliz a Sísifo”, declara, por lo que, aparentemente, lo salva de su destino suicida”.
Notas relacionadas: Antropología Contemporánea del Paisaje: Una obra en proceso de creación. Por Mariana Bellotto.
ACDP – Antropología Contemporánea del Paisaje
Dirección: Mariana Belloto
Intérpretes-Performers: Natacha Berezán, Luciana Demichelis, Astrid Gómez Grosschadl, Victoria Keriluk, Emilia Pujadas, Gustavo Slep, Patricio Zabala, Mauricio Zmud.
Músico: Nicolás Diab
Funciones: Sábado 24 y Domingo 25 de septiembre – 20 hs
Centro de Arte Experimental – UNSAM
Sánchez de Bustamante 75Reservas:
Para el sábado 24 de septiembre – 20hs, aquí.
Para el domingo 25 de septiembre – 20hs, aquí.
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